Friday, July 14, 2006

La muerte vive,
Respira, suspira y transpira,
Callada en sus pasos
Pendiente desde lejos nos mira.

Muerte que llegas deprisa y
Sin preguntar te haces presente,
Te llevas las rosas, los cielos, amores
y en mi tiempo los haces ausentes.

Muerte de ojos de piedra
Que hieres con palabras silentes,
Me regalas noches de agonía
Clavándome tu nombre hasta los dientes.

Tu carne dura me invita
A quedarme en la duda de mi suerte,
Tan serena te embriagas de las luces
De los ojos más puros que no quisieron verte.

Tus uñas como la cal tan frías y
Tan blancas como la más dura nieve,
Arañan mi alma al igual que tus besos
Que en la noche del sepulcro mi corazón bebe.

¡Muerte maldita! Me dejaste aquí
Tan solitario y en un abandono inocente,
Te llevaste también sus besos
Y te robaste las ideas de su mente.

Has matado un amor en mi recién nacido
Cortándole con tu yugo calladamente,
No diste tiempo de un llanto de despedida,
Ni un abrazo, ni un murmullo solemne.

Te alejaste con el alba justiciera
Anunciándonos tu regreso nuevamente
Para no confiarnos de tu ausencia y
Estar preparados para la siguiente.

Muerte aunque yo te pida y
Te suplique que no quiera jamás verte,
Sé que es inútil de tener tu paso,
Mas solo imploro te lleves de aquí,
Lo que mi enlutado corazón no merece.

Ricardo Mejia Bahena
22/08/01
Posted by Picasa

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